La Inteligencia Artificial (I.A.) ha causado curiosidad desde su creación en 1950, ya que plantea la posibilidad de darle ‘razonamiento humano’ a aparatos tecnológicos comunes. Esta probabilidad ha impulsado a generar películas, libros y teorías conspiratorias para los años futuros.
La realidad es que la I.A. ha estado en nuestro día a día desde hace tiempo, y se manifiesta en temas muy particulares. La proyección de este tipo de tecnología está enfocada a la salud y el servicio, pero hay campos que tienen que ser tocados con cuidado, como lo son la economía y la ética.
En el estudio de TheEconomist: Intelligence Unir realizado en 2017, un promedio de 200 CEO´S han hablado de la posibilidad real de transformar sus empresas para entrar en la era de la I.A. El 27% dice que la introducción de inteligencia artificial a las empresas mejorará la toma de decisiones; 26% cree que mejorará el servicio al cliente; 29% dicen que mejorará la eficiencia operativa; y el 17% dijo que aumentará los ingresos por ventas.
El futuro de la Inteligencia Artificial
La idea de suprimir al humano de la ecuación ha sido delimitada por el terror que implica la pérdida de empleos por la autonomía de las máquinas en el trabajo. Aunque esta visión distópica puede llegar a ser exagerada y pesimista, se han realizado estudios más concretos sobre la reivindicación de puestos laborales cedidos a máquinas en su totalidad: El Banco Mundial, en la última edición de SXSW (Congreso Internacional de Tecnologías y Tendencias en Austin, Texas), pronostica que en los próximos años esta cifra ascenderá hasta 65%. se habló de que:
- La I.A. reemplazará el 83% de los trabajos que ganan menos de 20 dólares la hora.
- La I.A. reemplazará el 31% de los trabajos que ganan hasta 40 dólares la hora.
- La I.A. reemplazará el 4% de los trabajos que ganen más de 40 dólares la hora.